La regadera PLINT está fabricada para durar muchos años. Está hecha de láminas de hierro más gruesas de lo habitual, soldaduras más fuertes y un acabado rugoso.

Cuando las regaderas están terminadas, se galvanizan en caliente. Se sumergen en una aleación de zinc que está a 460 grados de temperatura. El zinc se adhiere al hierro como un jarabe espeso. Cuando la regadera vuelve a salir, cuelga y gotea durante 20 minutos. Esta es la mejor manera absoluta de evitar que el hierro se oxide.

Las regaderas que no reciben pintura, las que mantienen el color del zinc, comienzan un proceso de oxidación lento. Es decir, el zinc madura lentamente en color. Si desea que este proceso sea más rápido, puede aplicar un ácido débil, por ejemplo un producto de leche agria. Acelera la oxidación que le da la superficie mate. El galvanizado por inmersión en caliente pierde su seguridad de corrección total después de unos 50 años.

Como la regadera está hecha de metal galvanizado en caliente, puedes dejarla con agua en su interior si no la usas toda.

La regadera es para uso en exteriores e interiores, no tolera las heladas si hay agua en su interior.